La receta que os presento hoy es tan sencilla que a mi casi
me resulta conmovedora. Se trata de unos cupcakes en delicados tonos pastel rellenos
de jugosos arándanos frescos. Y si os preguntáis que pasó con mi afición por el rosa, pronto tendréis la respuesta (después de la receta)!
THE SWEETEST BLUEBERRY CUPCAKES (salen unos 18)
1 taza y media de harina
1 taza de azúcar
½ taza de yogur natural
¼ taza de aceite de girasol
3 huevos
la piel rallada de un limón
150 gr de arandanos frescos
1 cucharadita de levadura en polvo
Para la cobertura:
200 ml de nata de soja para batir
una cucharadita de azúcar glas
una puntita de colorante alimentario en pasta azul
sprinkles al gusto
Trabajamos los huevos con el azúcar, luego añadimos el
yogur, el aceite y el limón. Agregamos poco a poco la harina tamizada con la
levadura. Para terminar añadimos los arándanos bien limpios. Rellenamos las
cápsulas para cupcakes (ya preparadas en el molde correspondiente) hasta 2/3 de
su capacidad. Horneamos a 160 grados durante unos 15 minutos, o hasta que
pinchandoles con un palillo este no salga limpio. Dejamos enfriar unos minutos
en el mismo molde antes de pasar los cupcakes a una rejilla. Solo decoramos una
vez completamente fríos.
Mientras podemos preparer la cobertura. Yo esta vez usé nata
de soja montada, porque me apetecía algo más ligero y saludable que el
buttercream. Tras batir la nata con un poco de azúcar glas la he dividido en
dos partes y he teñido una con un poquito de colorante azul. Para darle el
efecto “doble color” he preparado una manga con una boquilla 1M, y a parte he
rellenado dos mangas más (sin boquilla, con la punta cortada), una con la nata
blanca y la otra con la azul. He puesto las dos en la primera manga (la que
llevaba boquilla) y listo!
Ricos ricos, como las cosas sencillas. Dulces, como el
sentimiento que me llena desde hace casi 5 meses, en cuanto supe que una nueva
vida estaba creciendo dentro de mi.
Ahora mismo me siento como una tarta rellena de amor y
gratitud, con una cobertura de felicidad que llega hasta las nubes, allí donde
se encuentra mi cabeza todo el rato, desde que esta maravillosa aventura
empezó. Es increíble como algo tan natural pueda hacerte sentir tan especial.
Gracias a mi hombre grande y a mi hombre pequeño, por todo este inmenso amor.
Sara